Tras el anuncio de que el Tribunal Supremo británico obliga al Gobierno a someter el Brexit al voto del Parlamento, se retrasa el calendario previsto por la primera ministra Theresa May para activar el Artículo 50 del Tratado de Lisboa. Esto frena, por ahora, la salida del Reino Unido de la Unión Europa, pero no la incertidumbre y las especulaciones que siguen apareciendo entre los ciudadanos y las instituciones europeas. Desde el sí del pasado mes de junio, empresas y particulares, comenzaron a prepararse para tratar de paliar las posibles consecuencias del referéndum. Las dudas siguen en torno a muchos sectores, pero en este caso, nos centraremos en el que nos ocupa, las tecnologías de la información.

El futuro del sector IT está lleno de posibles consecuencias, por ello conozcamos qué asuntos serán los que nos afectan en primera instancia.

En Londres residen el 60% de las sedes europeas de las grandes compañías, como Samsung, Toshiba, Oracle o Intel, y es la mayor ubicación europea del sector TIC, según un estudio publicado por Deloitte en 2014. Entre las posibles consecuencias están el que estas empresas podrían verse aisladas ante un mercado de más de 400 millones de clientes y podrían abandonar el país. Una mayor complejidad en las operaciones, supone enfrentarse a una nueva realidad, que algunas compañías no tendrían por qué asumir. Por otra parte, muchas empresas almacenan datos dentro del Reino Unido y esto supone una reestructuración del reclutamiento y almacenaje de sus flujos de documentación para cumplir con la Ley de Protección de Datos de la UE. Por ello, la mayoría de empresas tecnológicas se mantuvieron en una postura negativa ante el Brexit. Pero a nivel legislativo su impacto, no solo afecta a las normas que regulan la protección de datos o el tráfico de información, sino que en todo ese proceso de estabilización para lograr el consenso y los parámetros legales y jurídicos, la inversión en proyectos TIC se frenará hasta tener una línea de actuación clara.

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La principal característica de las políticas comunitarias es lograr la integración entre compañías y directivas, lo cual viene recogido en el proyecto del Mercado Único Digital. Salir de esta premisa común supone renunciar a ser una potencia económica, que debería poder competir a nivel global. Y esto, no solo afecta a empresas del sector, sino a personas físicas que son clientes o usuarios de servicios TIC. Además, para las startups y empresas londinenses supondrá un frenazo en la posibilidad de captación de talento. Los obstáculos y trabas con los que se van a encontrar los directivos TIC van a requerir un esfuerzo extra.

Pero no todo tiene que ser negativo. Toda esta incertidumbre actual, abre también las puertas a nuevas iniciativas. En nuestro país, podría suponer una oportunidad para posicionarse como un nuevo punto de talento para servicios TI, lograr ser una interesante localización para que otras empresas se adentren en el mercado europeo o se podría  aumentar la inversión y los clientes de terceros países.

En definitiva, es cierto que el Brexit es poco favorable para el sector IT. Queda de parte del propio Reino Unido entender todas estas necesidades y actuar en consecuencia evitando riesgos. Pero las posibilidades también existen y hay que saber cómo y cuándo sacarles el máximo partido. Estaremos atentos ante los posibles cambios y actuaciones que se vayan llevando a cabo.

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