Hace unas semanas, os hablábamos de las ventajas de digitalizar una empresa. Y ahora, ¿por dónde empezamos? Saber cómo incorporar las nuevas tecnologías es clave para garantizar la supervivencia y el crecimiento de la empresa. Y es que una verdadera transformación digital va más allá de crear o renovar la página web, realizar inversiones esporádicas en herramientas tecnológicas, el almacenamiento en la nube o de tener presencia en redes sociales. Una verdadera transformación digital implica una renovación profunda de la cultura corporativa.

 

Aún conociendo todos los beneficios, muchas empresas no se atreven a dar el paso y afrontar un proceso de cambio y evolución hacia la digitalización. A pesar de que cada vez hay menos trabas y mayores facilidades para hacerlo. De hecho, España fue uno de los primeros países de la Unión Europea en establecer un marco regulatorio que permite mantener todas las facturas y recibos en digital, facilitando y optimizando los procesos en la relación entre empresas privadas y administraciones públicas.

 

Pero ¿por dónde podemos empezar? Empecemos definiendo los aspectos clave que hacen que este cambio se haga necesario:

 

Diagnóstico: analiza la realidad de tu negocio

Antes de considerar adoptar algún tipo de herramienta y tecnología, es necesario comprender con qué se cuenta y evaluar cómo funciona la empresa, tanto hacia afuera como hacia dentro. Es fundamental incluir en el análisis cada uno de los procesos y factores de forma que el modelo de negocio quede totalmente claro.

 

Estrategia

Tras el análisis, es importante definir una estrategia. Valorar qué se quiere digitalizar y cuáles son las expectativas y objetivos a corto, medio y largo plazo. Estos objetivos deben ser específicos, medibles y realistas. Igualmente tendremos que definir un presupuesto, analizando qué se necesita y hasta dónde podemos llegar.

 

Áreas y tareas clave

Es fundamental analizar y definir en la estrategia qué tareas o áreas clave vamos a digitalizar, para poder priorizar y, sobre todo, seleccionar qué tipo de tecnologías y herramientas utilizaremos. Así, por ejemplo, para todas las tareas de contabilidad existen plataformas que permiten realizar la gestión de gastos de forma digital, sin papeleos y cumpliendo todos los requerimientos y regulaciones fiscales.

 

Tecnología

Con una estrategia y un presupuesto previamente definidos, ya podemos adquirir o contratar la tecnología y los equipos necesarios para abordar el proceso de digitalización con ciertas garantías. Según cuáles sean nuestros objetivos y a lo que se dedique nuestra empresa, escogeremos las tecnologías más adecuadas: ¿buscamos manejar mejor las relaciones con los clientes y guiarlos por el embudo de ventas? Entonces, necesitaremos un CRM (Gestión de Relación con Clientes). ¿Queremos almacenar datos y hacerlos accesibles para nuestros empleados? Entonces, tendremos que recurrir a plataformas en la nube…

 

Si hay un aliado interesante para acompañar el proceso de transformación digital es el Big Data. El conjunto de herramientas que permiten gestionar y analizar la ingente cantidad de datos que se generan con cada transacción e interacción digital. El Big Data exige una implantación tecnológica que permita captar, extraer y gestionar datos, pero también perfiles de personas que sean capaces de entender y analizar estos datos. Los datos son como el petróleo de la información, se traducen en oportunidades económicas. Las empresas se encuentran buscando datos para no quedarse atrás en sus procesos de transformación digital y su competitividad, por lo que los especialistas en estas disciplinas cobran más protagonismo.

 

Por otro lado, las tecnologías Cloud o la nube se han convertido en el gran aliado de la transformación digital. Facilitan dos de las cualidades propias de este proceso: el trabajo cooperativo y la omnicanalidad. Cuando tienes todos los datos de la empresa en la nube, cualquiera puede acceder a los datos necesarios de un proyecto. Desde cualquier rincón del mundo y desde cualquier dispositivo.

 

Pero no todo es aplicar tecnologías y nuevas herramientas. Cuanto más nos digitalicemos, más expuestos estaremos a los hackers, virus y demás peligros cibernéticos. Por eso, se hace imprescindible no descuidar la ciberseguridad; tanto para los medios de pago, como las comunicaciones internas y externas.

 

Plataformas web

No hay proceso de digitalización sin una plataforma o portal web. Es el elemento visible de la organización al mundo digital. Por ello, es fundamental la creación de un sitio web fuerte y robusto que ,a través de varias técnicas de SEO, pueda generar autoridad en Internet. Todo ello, en función del tipo o modelo de negocio y la prioridad en el posicionamiento a nivel digital.

 

Podemos elegir desde un gestor de contenidos (CMS) fácil de usar y que nos ayude con la creación de la web, como por ejemplo WordPress. Hasta un CRM que nos permita gestionar clientes o una plataforma de ecommerce, si queremos vender nuestros productos a través de internet.

 

Redes sociales

El mundo de hoy es cada vez más social y los negocios tienen que adaptarse a ello también. Es importante entender qué redes sociales son importantes para nuestra empresa, pues no todas son para cualquier actividad o modelo de negocio. Gracias a las redes sociales, podremos encontrar y generar conversaciones en una comunidad online en torno a una marca, sector o actividad. Para aprovechar estos canales y las oportunidades que nos brindan, debemos detectar dónde están nuestros potenciales seguidores y/o compradores y los que pueden generar influencia sobre otros compradores (los llamados prescriptores).

 

Talento y perfiles adecuados

Pero no todo lo que se refiere a digitalización son tecnologías. Una parte importante a tener en cuenta en la ecuación es el talento, las personas con los perfiles adecuados que garanticen que el proceso se lleva a cabo con éxito. Es necesario poner en marcha un proceso de detección de esos perfiles dentro de la organización. Crear equipos efectivos que puedan ayudar y se encarguen de apoyar al líder en redefinir los procesos, identificar problemas y generar los cambios para transformar el negocio.

 

Si no encontramos determinados perfiles necesarios en nuestra organización, podemos optar por realizar nuevas incorporaciones o acudir a modelos flexibles de contratación, como freelances. O externalizar determinadas partes del proceso, contando con la ayuda de empresas especializadas que nos pueden apoyar, además de con perfiles profesionales, con conocimiento y experiencia (outsourcing).

 

Hay que tener en cuenta que la transformación digital implica una forma de trabajar diferente y requiere de unas capacidades que no todo el mundo posee. No sólo necesitas conocimientos técnicos y digitales, sino competencias específicas de este tipo de entornos o soft skills como: el liderazgo, la capacidad de aprendizaje, flexibilidad, resiliencia, etc..

 

Mide lo que haces

Todas las acciones que hagamos tienen que ir encaminadas a que el negocio crezca. Si no es así, habrá que revisar la estrategia y realizar los cambios pertinentes para garantizar que el proceso de transformación sea exitoso.

 

En el mundo digital los cambios son constantes. No es un proceso que tenga un inicio y fin claros, por lo que debemos trabajar a diario y atrevernos a innovar, sin tener miedo a los errores, siempre y cuando los detectemos y corrijamos a tiempo. Debemos encontrar un espíritu innovador en todos los departamentos de la empresa, apostando por nuevas ideas y no temiendo al fracaso. Pues la innovación más efectiva es la que surge de la cultura de prueba y error, en la que todo fallo sirve para mejorar.

 

Abordar un proceso de cambio, más aún tratándose de transformación digital, puede ser algo complejo. Por eso, en Hasten Group acompañamos a nuestros clientes en todas sus etapas vitales. Desarrollando servicios y herramientas especialmente diseñados para que les guíen y asesoren, también en el momento de hacer que sus proyectos empresariales evolucionen y crezcan en clave digital.

 

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